De Alejandro a Ucrania: los trabajos de la guerra y la ilusión de la concordia
La historia, se dice, está en los ojos del espectador. Los persas, desde luego, no pudieron haber experimentado la conquista liderada por Alejandro de Macedonia —y sus falanges— del mismo modo que los macedonios o los romanos. Cuando Persépolis ardió bajo las órdenes de un Alejandro embriagado (¿o calculador?), el Imperio persa caía definitivamente. Miles fueron masacrados, esclavizados o desplazados. Poco importan las leyendas de asimilación que nos transmitieron —como las de un Alejandro que respetaba las costumbres autóctonas de los vencidos o se indignara ante la destrucción de la tumba de Darío, que luego mandaría a reparar—: la devastación y el caos que marcaron cada etapa de sus campañas hasta el río Ganges bastan para definir su legado. Aunque visionario, Alejandro debió de ser también un megalómano cruel y despiadado. …