El atentado contra Donald Trump es otra indicación seria de las profundas heridas en la sociedad norteamericana actual. Heridas que además se ensanchan con este intento de asesinato.
Los hechos
El día de ayer, 13 de julio, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, se situó en la azotea de un edificio apenas 140 metros de distancia del lugar donde el expresidente Donald Trump se dirigía a un público de presuntos admiradores y futuros electores. Thomas, armado con un rifle semiautomático tipo AR-15, disparó ocho balas hacia el estrado donde Donald Trump pronunciaba su discurso. Una bala traspasó la parte de arriba de la oreja derecha del expresidente; otra impactó en la cabeza de Corey Comperatore, 50, provocando su muerte; mientras que otras alcanzaron a ocasionar heridas graves a David Dutch, 57, y James Copenhaver, 74, quienes aún se encuentran hospitalizados en estado crítico. Un francotirador del Servicio Secreto vio al hombre armado después de que comenzó a disparar y le disparó, matándolo. Más tarde, agentes de seguridad encontraron explosivos dentro de su auto.
El hecho ocurrió en el lugar de una feria rural, la Butler Farm Show, en Butler, Pennsylvania. El expresidente salió con vida y se encuentra en la actualidad fuera de peligro y en buen ánimo: hoy pronunció que planeaba asistir a la Convención Nacional Republicana que comienza en Milwaukee el próximo martes y prometió también que permanecería “desafiante ante la maldad”.
El presidente Biden acaba de instar a los estadounidenses a “bajar la temperatura en nuestra política” y dijo que “el desacuerdo es inevitable en la democracia de este pais. Es parte de la naturaleza humana… Pero la política nunca debe ser un campo de batalla literal. Y, Dios no lo quiera, un campo de exterminio”. “Debemos unirnos como una nación para demostrar quiénes somos”, dijo Biden.
En cuanto a los motivos políticos de Thomas Matthew Crooks, no se sabe nada todavía. El FBI está investigando. Los periódicos dicen de Thomas que estaba registrado como republicano, pero había hecho una donación de $15 al partido demócrata hace dos años atrás. No tenía antecedentes penales. Sus padres son consejeros de salud mental. Thomas se crió en un barrio de clase media. Se graduó de la secundaria y también de un colegio comunitario. Trabajaba como asistente dietético en un centro de rehabilitación de su localidad. Nadie ha dado por el momento ninguna indicación de que había observado en Thomas algún tipo de comportamiento inusual. Una amiga de la secundaria dice que era inteligente aunque de ideas un poco conservadoras. El Clairton Sportsmen’s Club, una instalación boscosa al sur de Pittsburgh que cuenta con un campo de tiro de aproximadamente 182 metros, confirmó que Thomas había sido miembro. En este lugar pudo ser que se haya entrenado en el disparo de la AR-15.
Juventud, armas, violencia
La corteza prefrontal del cerebro humano se encarga de la toma de decisiones y el autocontrol. Esta no alcanza su pleno desarrollo hasta cumplirse los 25 años. Los rifles semiautomáticos como el tipo de AR-15 utilizado en el intento de asesinato contra Donald Trump ayer exhiben gran modularidad por lo que pueden ser adaptados fácilmente para diferentes propósitos. Pueden llevar un cargador de alta capacidad capaz de contener un número de cartuchos de munición superior al normal. Juventud y uso de un rifle semiautomático capáz de descargar un cartucho con docenas de balas en questión de segundos es, como mínimo, un binomio a debatir.
El centro de investigación de la violencia de la universidad de Hamline, Violence Prevention Project en inglés, dice que “la mayoría de los tiroteos masivos se cometen con pistolas, pero las armas de asalto están sobrerrepresentadas en estos casos en comparación con otras formas de violencia armada.” En un artículo publicado en The Conversation el 24 de enero de 2023, los profesores de justicia criminal, Jillian Peterson y James Densley, indican que “desde 2020, la edad promedio de los autores de tiroteos masivos se ha reducido a solo 22 años, en su mayoría hombres jóvenes y niños que nacieron o alcanzaron la mayoría de edad en un Estados Unidos cada vez más dividido”.
El contexto de hostilidad política y de violencia en la sociedad estadounidense tiene un impacto psicológico complejo pero mayor en personas cuya edad no ha permitido el desarrollo completo de su corteza frontal. Unos pocos ejemplos bastan como ilustración:
El 14 de febrero de 2018, Nikolas Cruz penetró su antigua escuela secundaria y usó un rifle semiautomático AR-15 en el asesinato de 17 estudiantes. Otros 17 fueron heridos. Nikolas tenía entonces 19 años. Actualmente sirve varias condenas de privación de libertad.
El 28 de julio de 2019, en Gilroy, California, Santino William Legan de 19 años, usó otro tipo de rifle semiautomático, el WASR-10, para terminarle la vida a 3 personas y herir a 17 más. Poco después fue eliminado por la policía.
El 4 de agosto de 2019, Connor Betts, de 24 años, entró en un bar en Dayton, Ohio, y utilizando un arma de estilo AR-15 disparó 41 balas en menos de 30 segundos, privando de la vida a 9 personas e hiriendo a 17. Unos segundos más tarde moría por disparos de la policía.
El 24 de mayo de 2022, Salvador Ramos penetró en su antigua escuela primaria, AR-15 en mano, y mató a 19 estudiantes y 2 maestras, e hirió 17 estudiantes más. Al salir disparando del armario dentro de un salón de clases, fue eliminado por agentes tácticos de la Patrulla Fronteriza que habían ingresaron a la habitación detrás de un escudo balístico. Salvador tenía 18 años. Con la excepción de las dos maestras asesinadas, el resto de las víctimas oscilaba entre los 9 y 11 años de edad.
Hostilidad política, divisiones sociales
15 de julio de 2024
Los republicanos redoblan su retórica acusatoria contra Biden. La senadora Marsha Blackburn, republicana de Tennessee, comenzó el mismo sábado en la noche, haciendo referencia a un comentario de Biden publicado en las redes sociales. “Hace apenas unos días, Biden dijo ’es hora de poner a Trump en la diana’. Hoy hubo un intento de asesinato contra el presidente Trump”, escribió en X.
El senador por Ohio y autor del libro de memorias Hillbilly Elegy, James David Vance, escribe esta mañana en X lo siguiente, “la premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario al que hay que detener a toda costa. Esa retórica condujo directamente al intento de asesinato del presidente Trump". Al mediodía, J.D. Vance es el elegido de Trump como candidato a la vicepresidencia. En el 2016 escribió: “Voy de un lado a otro entre pensar que Trump es un imbécil cínico como Nixon, que no sería tan malo (e incluso podría resultar útil) o que es el Hitler de Estados Unidos."
El presidente Biden ha terminado disculpándose esta tarde durante una entrevista con Lester Holt de NBC por haber usado la frase “en la diana”, en inglés “a bull’s-eye”, que obviamente se refería a la necesidad de enfocar su campaña electoral en Donald Trump, sus mentiras, y sus planes antidemocráticos. Biden le preguntó a Lester Holt: “¿Cómo se habla de la amenaza a la democracia, que es real, cuando un presidente dice las cosas que dice. Simplemente no dices nada porque podría incitar a alguien?”. Preguntas muy importantes, si es que alguien escucha.
Biden volcó la conversación a las propias palabras de Trump: “No soy el que dijo: ‘Quiero ser un dictador desde el primer día’. No soy el que se negó a aceptar el resultado de las elecciones. No soy el que dijo que no aceptará automáticamente el resultado de estas elecciones."
Biden insistió: “Mire, yo no estoy metido en esa retórica. Ahora mi oponente está involucrado en esa retórica. Habla de que habrá un baño de sangre si pierde, habla de cómo va a perdonar, aunque, en realidad, supongo que suspenderá las sentencias de todos los que fueron arrestados y condenados a ir a prisión por lo que pasó en el Capitolio.”
El Servicio Secreto
16 de julio de 2024
Mientras tanto el Servicio Secreto sigue bajo escrutinio. ¿Cómo es posible que el disparador haya accedido la azotea de un edificio tan solo unos 140 metros de distancia sin ser detectado? Durante más de medio siglo, desde el asesinato del presidente John F. Kennedy, el Servicio Secreto ha inspeccionado y asegurado de manera rutinaria todas las estructuras cercanas a los principales eventos políticos nacionales para evitar que los disparos alcancen al presidente o a cualquier otra persona bajo la protección de la agencia.
El New York Times publica hoy que, según el Servicio Secreto, el edificio donde el pistolero se subió al techo tenía oficiales de la policia local adentro. Según se indica en el artículo, el Servicio Secreto había dejado a la policía local a cargo de esos edificios para concentrarse en el perímetro más cercano al expresidente. Además, el techo en sí es inclinado, por lo que, según la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, se decidió no poner francotiradores arriba. La policía local niega que los oficiales estaban adentro, indicando que estos se encontraban en el almacén adyacente. El New York Times resalta que tal discrepancia es un eslabón en la explicación de los hechos que aún no ha sido resuelto. El artículo termina citando a un ex agente que protegió a los presidentes George H.W. Bush y Bill Clinton. “La conclusión es que el techo debió ser resguardado y utilizado como puesto de observación con agentes de policía en él”.